martes, 10 de julio de 2012

“Y puedo cambiar. Puedo vivir a partir de mi imaginación y no de mi memoria. Puedo relacionarme con mi potencial ilimitado en lugar de hacerlo con mi pasado limitador. Puedo convertirme en mi propio creador”
Stephen R. Covey.

sábado, 7 de julio de 2012

Indefensión aprendida: Enfermos de actitud

 

El concepto de Indefensión Aprendida fue introducido por primera vez por el psicólogo Martin Seligman en la Universidad de Pensilvania.
En uno de sus experimentos, Seligman expuso  a dos grupos de  perros a descargas eléctricas ocasionales. Uno de los grupos  tenía la posibilidad de detener esa descarga si empujaba con el hocico un panel que tenía enfrente. Sin embargo el otro grupo no tenía medios para escapar de las descargas.
En un segundo experimento juntó a todos los perros en una  nueva jaula electrificada de la que podían salir sencillamente de un brinco saltando una pared. Mientras que el grupo de perros que había logrado controlar las descargas eléctricas se escapaba en pocos segundos, los perros del otro grupo no hacían el menor esfuerzo en huir de esta tortura.
A veces pienso en este concepto cuando trabajo con  distinto tipo de pacientes que presentan patologías relacionadas con malos hábitos de vida. Por supuesto que cada caso es distinto, sin embargo algunas veces me llama la atención como algunas  personas adoptan conductas distantes ante sus propios comportamientos. Son personas que sufren ante situaciones de las que aseguran no poder salir: Fumadores que  llevan años recriminándose a sí mismos por no  dejar de fumar. Obesos que llevan toda la vida haciendo dietas estériles que jamás completan…
¿No será que, como los canes de Seligman, también sufren indefensión aprendida?
 Indefensión que han aprendido ante algunos fracasos que les han marcado para siempre.
 Fracasos que les han llevado a asumir actitudes derrotistas en  una especie de abandono del que a veces ni siquiera  son conscientes.
Actitudes enfermas que sabotean  cualquier esfuerzo auténtico por lograr una vida mejor.
Es por esto por lo que me pregunto: ¿No sería necesario que… antes de nada, les ayudásemos a curar su actitud?