miércoles, 25 de febrero de 2015



Enfermos de "actitud"

¿Tú qué haces ante ese tipo de personas a las que podríamos llamar "gente negativa"? Es como si se hubieran acomodado en el ejercicio de la queja per sé sin hacer nada más. Cuando pienso en este tipo de personas me viene a la mente el concepto de Indefensión Aprendida
La Indefensión Aprendida como término psicológico fue introducida por primera vez por el psicólogo Martin Seligman en la Universidad de Pensilvania. En uno de sus experimentos, Seligman expuso a dos grupos de  perros a descargas eléctricas ocasionales. Uno de los grupos tenía la posibilidad de detener esa descarga si empujaba con el hocico un panel que tenían enfrente. Sin embargo el otro grupo no tenía medio alguno para escapar de las descargas.
En un segundo experimento juntó a todos los perros en una nueva jaula electrificada de la que podían salir sencillamente de un brinco. Mientras que el grupo de perros que había logrado controlar las descargas eléctricas se escapaba en pocos segundos, los perros del grupo que no había logrado escapar no hacían el menor esfuerzo en huir de esta tortura.

                                              Fuente internet
Existen algunos experimentos en esta línea hechos con personas. De hecho existe un vídeo en youtube en que una profesora hace sentir una experiencia muy interesante a sus alumnos: Les pone un examen a todos a la vez, pero una mitad tienen  las preguntas trucadas de manera que la respuesta es "imposible" mientras que el otro grupo tiene un examen normal con posibilidad de acertar o no según su nivel de conocimientos.
En una segunda parte del examen vuelve a repetir la experiencia pero esta vez todos tienen las mismas preguntas normales, sin truco alguno ¿Sabes qué grupo de niños falla más? Pues sí, efectivamente, el grupo de los niños que tuvieron  el primer examen de las respuestas “imposibles"
Esta es la conclusión que yo saco:

La actitud de indefensión aprendida que las personas y los animales asumimos ante situaciones injustas se mantiene y te hace desaprovechar otras oportunidades que te da la vida y cuyo mal resultado no tendría por qué repetirse.  Parece obvio, pero qué difícil nos resulta a veces salir de nuestras propias “indefensiones aprendidas”

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